Los niños nacidos muy prematuros tienen un mayor riesgo de desarrollo atípico a nivel visual y neurológico en comparación con los niños nacidos a término. El parto prematuro se asocia con la retinopatía del prematuro (una enfermedad vascular proliferativa de la retina) y también puede afectar el desarrollo de las estructuras cerebrales asociadas con el procesamiento posretiniano de la información visual.
Es probable que los déficits visuales comunes en los niños nacidos prematuros, como la disminución de la agudeza visual, el estrabismo, la estereopsis anormal y el error refractivo, se detecten mediante programas de detección de la vista en la niñez, seguimiento oftalmológico o atención optométrica. Sin embargo, es posible que los exámenes de rutina no detecten otros problemas de visión, como campos visuales reducidos, sensibilidad al contraste alterada y déficits en el procesamiento visual cortical, que pueden ocurrir en los niños prematuros.
La percepción del movimiento global y la integración visomotora, pueden verse afectadas por el nacimiento prematuro. Estas deficiencias pueden continuar en la adolescencia y la edad adulta y pueden contribuir a las dificultades de aprendizaje (como la lectura), atención, comportamiento y cognición que experimentan algunos niños nacidos prematuros.
Rocío Palomo Carrión 