
La evidencia en neuroplasticidad afirma que un entorno enriquecido promueve la recuperación óptima del daño cerebral en una edad temprana.
El entorno enriquecido permite mejoras cognitivas y adquisición de habilidades motoras en niños con riesgo de parálisis cerebral infantil o niños diagnosticados de dicha condición.

Es por ello, que se deben trasladar las estrategias de intervención con la familia y niños dentro de su entorno habitual y proporcionar una mejora en las condiciones del propio contexto para la evolución de la familia y del propio niño.