
Cuántas veces te dedicas a todos sin nada a cambio, cuántas veces decidiste dar sin recibir, ofrecer tu tiempo, lo más valioso de ti para acompañar al otro.
Estas palabras se las dedico a todas las mujeres que conozco y que me han acompañado en mi camino. En especial a todas las madres de los niños que me han transformado en fisioterapeuta pediátrica, que me han dado identidad.
No mires hacia atrás mujer, cree en ti, sé valiente como hasta ahora, no te pongas límites en tus pies, sigue caminado con la certeza que hasta ahora te has tomado, buscando ese camino que te corresponde, tu camino.
Sé que lloras sin que te vean, que sufres porque tu vida cambió en un segundo, pero también sé que ese segundo es tu forma de vida y que no pararías el tiempo, que te ha convertido en esa mujer de manos valientes.
Esas manos que rompen barreras, que quitan obstáculos para seguir nadando para construir un mundo más sencillo.
A ti, mujer luchadora, no te rindas, sigue luchando porque has conseguido lo que nunca imaginaste: apreciar aquello que parecía insignificante, ahora conoces el gran valor de lo pequeño.
A ti mujer mágica no cierres tus ojos, llénate de sonrisas y sigue dibujando con color y brillo cada día.
Gracias por ser simplemente tú!