Los niños con hemiparesia infantil tienen alteraciones variables de la extremidad superior, que incluyen espasticidad, déficit sensoriomotor, falta de control motor selectivo y dificultades en la planificación motora.
La función de la mano se ve especialmente afectada durante las tareas bimanuales porque requiere coordinación motora entre las dos manos. La comprensión del rendimiento bimanual (es decir, cómo el niño usa espontáneamente su miembro deteriorado en las tareas bimanuales) es importante para orientar mejor la intervención.
Tienen una abducción y rotación anormal del hombro, reducción en la extensión del codo y supinación y más flexión de la muñeca en la extremidad dañada que los niños con desarrollo típico. Las anomalías cinemáticas están más pronunciadas en los segmentos distales (flexión-extensión del codo, prono-supinación y flexión-extensión de la muñeca). Una explicación podría ser que la debilidad muscular y el aumento del tono muscular son más prominentes distalmente y tienen una mayor influencia en los movimientos distales. Además, la extremidad superior se caracteriza por ser una cadena cinemática compleja con muchos grados de libertad; por lo que se puede deducir que pequeñas desviaciones en los segmentos proximales (es decir, tronco u hombro) conducen a grandes desviaciones en los segmentos más distales.
La movilidad articular distal parece tener un mayor impacto en la función bimanual que la movilidad articular proximal (hombro y tronco). De esta manera, los déficits de movimiento a nivel distal como serían la supinación de antebrazo, la extensión de muñeca y la disociación de dedos influiría en el no uso de la extremidad superior afectada, es decir, en el rendimiento funcional bimanual.